Hace algunos años o décadas que las organizaciones para personas de pequeña estatura alrededor del mundo luchamos para lograr que la sociedad sea más inclusiva y respetuosa hacia las personas con enanismo.  Lo mismo ha ocurrido con otro tipo de grupos, los cuales también trabajan en pro de sus respectivos colectivos y aunque les falta trabajo por hacer, la sociedad ha aprendido a respetarlos, no siendo igual para los que tenemos alguno de los más de 400 tipos de enanismos.  A diario las personas de pequeña estatura debemos lidiar con las burlas y comentarios de las personas que creen que por nuestra condición somos “graciosos” y eso les da permiso para hacer bromas sobre nosotros.  Comentarios tales como:  Es un daña ropa, Se ahorco colgándose de un bonsái, etc. 

En algunos países tales como España y México la lucha para lograr un cambio es quizás más difícil, debido al arraigo cultural de las corridas de toros.  Actividad que es una parte esencial de su idiosincrasia y que ha llegado a ser un símbolo cultural. Desde hace muchos años en ese tipo de actividades se incluyen las corridas de toreros “enanos” pero la gran diferencia entre esta actividad y los toreros profesionales estriba en que los toreros “enanos” son realizados como espectáculos de comedia. 

Los productores de esos espectáculos justifican su acción indicando que están ayudando a este grupo de personas al proveerles empleo y salario.  Las personas con enanismo que participan del espectáculo se justifican diciendo que se les dificulta encontrar trabajo por su condición.  Esto puede ser cierto debido a la preconcepción que aún se tiene de que las personas de talla baja no somos capaces de llevar una vida como cualquier otra persona y que podemos desarrollarnos en diferentes campos laborales.  Aun hoy en día nos ven como objetos de burla. 

La práctica de utilizar a las personas con enanismo para hacer reír proviene de la época imperial en la que las cortes de los reyes incluían personas con enanismo como bufones.  Con el pasar del tiempo comenzaron a comercializar los espectáculos y surgieron los circos en los que se incluían otros tipos de condiciones poco frecuentes para que los espectadores vieran y hasta se burlaran de ellas.  Me llama la atención que según ha pasado el tiempo esta práctica fue cambiando y hoy en día no vemos con tanta frecuencia el que se presenten en estos espectáculos personas con otras condiciones con excepción de las personas con enanismo. 

En mi opinión solo nosotros mismos somos los responsables de que estas conductas continúen y llevamos el peso de demostrar de lo que somos capaces.  Somos nosotros los llamados a educar a la sociedad mediante el ejemplo.  No podemos exigir respeto e inclusión si por otro lado permitimos el que se realicen ese tipo de espectáculos que atentan contra la dignidad de los seres humanos con enanismo.  Las organizaciones de apoyo para personas de talla baja juegan un papel clave en todo esto, ya que se deben de envolver de lleno para llevar un mensaje claro, firme y contundente ante las entidades gubernamentales y privadas exigiendo se valore al ser humano independientemente de su condición. 

Muchos de nosotros hemos roto estereotipos y nos hemos destacados en diferentes ámbitos y cada día vemos como más personas de pequeña estatura se destacan en áreas tales como profesional, político, deportes y otros.  Cada uno lleva un mensaje de esperanza para que la sociedad nos vea de diferente manera, como individuos dispuestos a alcanzar nuestras propias metas y a ser partes de una sociedad que respeta y acepta la diversidad.  Pero definitivamente los gobiernos deben establecer políticas y leyes de protección para nuestra comunidad.  Deben regirse de acuerdo a lo que establece la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su Convención de Derechos para Personas con Discapacidad, cuyo propósito es “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”.  Por último, pero no menos importante, los productores de espectáculos deben de realizar un cambio drástico en sus prácticas, respetando a todos los seres humanos por igual y ofreciendo trabajos que no atenten contra la dignidad de las personas y ofreciendo remuneración justa de acuerdo al talento y no por su físico. 

Si bien es cierto que poco a poco hemos logrado algunos cambios en beneficio de nuestra comunidad, la realidad es que aún nos faltan piedras en el camino por remover y los espectáculos de toreros “enanos” son una de ellas.  Pero no es solo el lograr que ese tipo de actividades sean eliminadas, también debemos ser conscientes de que las personas con enanismo que trabajan en ellas, necesitan de nuestro apoyo.  Debemos recordar que quizás ese ha sido su medio de trabajo por mucho tiempo y no estén listos para salir al campo laboral de momento.  Necesitarán una mano amiga que los aconseje y los prepare para ese cambio en sus vidas.  Debemos estar ahí para ellos tanto nosotros de forma individual como nuestras respectivas organizaciones porque de eso se trata, de apoyarnos unos a los otros y lograr el éxito tanto individual como colectivo.