Dicen que ser pequeño tiene sus ventajas.  Yo nunca he sido persona de buscar oportunidades por mi estatura, pero mi papá… es otra cosa.

Cuando yo tenía 3 años, mi mamá se enfermó y tuvieron que internarla en el hospital.  Era la primera vez que estábamos separadas por varios días y para colmo coincidió con el Dia de las Madres.  Como en muchos lugares, en los hospitales no está permitido la visita de menores, pero mi papá que siempre ha sido travieso, decidió hacer realidad nuestro deseo de vernos y se le ocurrió llevarme al hospital para visitarla.

Cuando llegamos al estacionamiento sacó una bolsa de papel grande “shopping bag” y como yo era bien pequeñita, me metió adentro para pasarme a escondidas hasta la habitación de mi mamá.  El esperaba que yo siguiera sus instrucciones de no moverme hasta que el me dijera que podía salir, pero cuando iba de camino… ¿qué creen…?  Efectivamente, yo me moví y una enfermera se dió cuenta y de inmediato lo detuvo.

En ese momento no le quedó remedio que decirle la verdad a la enfermera.  A ella le dio pena con nosotras y pidió permiso para que le permitieran a mi mamá bajar hasta el recibidor y que pudiera estar un ratito conmigo.

Más tarde en mi vida, llegó la adolescencia y como la mayoría de las niñas comenzó el gusto por arreglarme para salir.  Comencé a maquillarme y a pintarme las uñas, pero mi estatura era la de una niña de 5 años (al día de hoy estoy igual, dejé de crecer a los 13 años).

Pero como les decía, mi papá siempre ha sido travieso, así que cuando íbamos al cine tenía un truco para pagar a precio de menor mi entrada.  Me cargaba en sus brazos y yo me hacía la dormida. Yo ponía mi cara en su hombro y escondía mis manos, de esa forma nadie notaba que yo estaba toda maquillada y que tenía edad suficiente para pagar un precio mayor por entrar.

Que les puedo decir… no es que esté de acuerdo con las travesuras de mi papá y estoy convencida de que yo no haría ese tipo de cosas, pero ahora recuerdo estas anécdotas y no me queda más que reírme. ¡No todos tienen un papá tan ingenioso como el mío!