Mucha gente piensa que las personas que tenemos la condición de enanismo somos todos iguales, y nada más lejos de la verdad.
Cuando yo era una niña de aproximadamente ocho años, en mi país natal Puerto Rico, se hicieron famosas cuatro jóvenes que participaron en un concurso de televisión que buscaba personas adultas de pequeña estatura que tuvieran algún talento. La joven Grace de la Vega fue la ganadora del concurso y se dio a conocer por su chispa y el baile.
Yo no soy médico especialista para determinar el tipo de enanismo que tenia ella, pero si les puedo asegurar que físicamente no nos parecemos en nada. ¡Aparte de eso ella me llevaba unos cuantos años de diferencia y muchas personas al verme me preguntan si yo soy Grace y hasta han aseverado que en efecto yo soy Grace!
Hace varios años también en mi país se han destacado en los medios de comunicación dos jóvenes con enanismo Karla Michelle y Lorraine Valle. Una es una chica hermosa, rubia de ojos azules quien tiene mi tipo de enanismo y la otra es trigueña de pelo lacio y tiene Acondroplasia. Ambas son bien diferentes a mí, pero igual la gente piensa que yo soy alguna de ellas. En este caso no creo que a ellas les guste que la gente me confunda con ellas, ¡pues yo tengo edad suficiente para ser su mamá!
Como les he dicho antes, existen más de 200 tipos de enanismo y cada uno tiene características particulares. Mi condición se llama SED (Spondyloepiphyseal Displasia) y algunas características específicas son extremidades largas en relación al tronco y la caja toráxica pronunciada. El tipo de enanismo más común se llama Acondroplasia y algunas de sus características son extremidades cortas y tronco de tamaño promedio, tabique de la nariz corto y la cabeza más grande del promedio. En el caso de la Displasia Diastrófica, no se desarrollan bien las extremidades, quedando sumamente cortas y esto provoca problemas severos de movilidad. Estos son apenas tres tipos y como ven son totalmente diferentes uno al otro.
También nos sucede a mi hija y a mi que las personas al conocernos nos encuentran un parecido y hasta nos preguntan si somos hermanas. Solo por el hecho de que ambas somos pequeñas. A mi me halagan, pero no a mi hija, quien de inmediato y a manera de broma contesta que yo soy su abuela. Además, está el factor de que no es mi hija biológica, por lo que no hay posibilidad alguna de que tengamos similitudes.
¿Que he aprendido a través de estas experiencias? Sencillo, que la gente ve lo que quiere ver y que miran, pero no observan.
Querida amiga,
Tienes gran razón, miran y no observan.
Claudia es una traviesa, y que decir que eres la abuela! Me facina leer tu blog. Cariños a ambas.
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