De todas las situaciones que haya tenido, las más que me disfruto son la de los niños, pues dentro de su inocencia y aún con la poca edad que tengan ellos analizan las cosas a su manera y muchas veces sus comentarios son graciosos.

A mí me resulta extremadamente curioso que un niño de apenas 1 añito pueda identificar que hay algo diferente en mí, me explico.  En muchas ocasiones me encuentro frente a un niño y al verme se me queda mirando casi sorprendido.  Me miran insistentemente y si sus padres continúan caminando ellos voltean para mirarme hasta que ya no puedan más.

Tengo una amiga y ex compañera de trabajo que dice que tengo un efecto de tranquilizante en los niños.  En una ocasión salimos en nuestro tiempo de almuerzo para comprar algunas cosas para una actividad de la oficina. Llegamos a una tienda y al bajarnos del carro había un niño que estaba llorando fuertemente, pero al verme inmediatamente paró de llorar.  Esto me ha ocurrido en varias ocasiones y no sé cuál es la razón de su reacción y nunca la sabré porque un niño de esa edad no puede expresar lo que siente.  ¿Será confusión porque ven una persona con características de adulto en un cuerpo pequeño?  ¿Será que se sorprenden?  ¿Será que se asustan?  Sea lo que sea es interesante pensar en cómo trabaja el cerebro humano.

Otras de las situaciones que encuentro son con niños un poco mas grandecitos.  Los de 5 añitos aproximadamente, quienes ya hablan, pero no entienden del todo lo que están viendo.  Han sido muchas las reacciones que he vivido pero las más que recuerdo son cuando hacen comentarios tales como:
– “Mira una mamá chiquita”.  Me llevan a preguntarme  ¿Cómo ellos saben que tengo la edad para ser mamá?  ¿Qué rasgos son los que ellos identifican en mi para asumir eso?
– ” Ella es una señora con cartera”.  Creo que para los niños las carteras son símbolo de madurez y asocian la cartera con la edad.
– “¿Y por qué ella se pinta los labios?”  A esta pregunta se le ve la confusión que les crea el verme.  Me imagino que se preguntaran si soy una niña con ínfulas de adulta.
– “Ella puede guiar?”.  Cuando escucho esta pregunta y siempre que tengo la oportunidad les contesto que si, pero es porque soy adulta y que los niños no lo pueden hacer.  Me aterra pensar que alguno se atreva a intentar guiar porque es de mi misma estatura.
– “Ella es una abuela gordita”?  Esta ha sido es sin duda la pregunta en la que me reído como dicen en mi pueblo, con las muelitas de atrás pues la hizo un niño cuando aún yo era joven y no tenía edad para ser abuela.  Y en relación a la gordura, pues no puedo refutarlo 😊

Hay un refrán que dice: “Los niños no ocultan mentiras, ni callan verdades”.  Nada más cierto que esto y lo que ellos ven lo expresan a su manera y de acuerdo a su capacidad. Está en nosotros los adultos explicarles sus dudas para que crezcan con la información correcta.