Acercándonos al final de octubre, quiero compartir una reflexión con ustedes. Este es el mes en el que la comunidad con enanismo ha escogido para concienciar, conmemorar y celebrar. Durante todo el mes realizamos campañas educativas para el público en general, con la intención de romper los estigmas que por siglos hemos cargado las personas con enanismo. El 25 de octubre, conmemoramos el natalicio de Billy Barty, fundador de la primera y más grande organización para personas de baja estatura en el mundo, y por quien se escogió esa fecha para celebrar el Dia Mundial de las Personas con Talla Baja, a la vez que celebramos nuestro orgullo de ser como somos.
Pero no todo es fácil cuando se trata de llegar a un acuerdo entre muchas, cientos o miles de personas de diferentes países y/o culturas y también con diferentes historias de vida. Historias que no necesariamente sean felices.
Quizás se dieron cuenta de que en mi primer párrafo utilice diferentes palabras para referirme a una misma condición (enanismo, talla baja, baja estatura), y esto lo hago con el solo propósito de no ofender a nadie. Si, porque, para los que no conozcan mucho sobre el tema, estos y otros términos, son utilizados por diferentes personas, grupos, países y culturas para referirse a lo mismo. Y ustedes estarán pensando…, ¿Y por qué no se ponen de acuerdo? Pues, yo diría que más que todo, se debe a las experiencias vividas por cada individuo con la condición. Cuando una persona ha sufrido insultos o burlas por la utilización de una palabra, no querrá aceptarla.
En ocasiones pretendemos contrarrestar la realidad de que somos pequeños utilizando adjetivos tales como grandes, un ejemplo de esto sería: son pequeños, pero grandes de corazón. Personalmente pienso que no necesariamente esto es correcto, pues no todo el que es pequeño, tiene un gran corazón. Según hay personas de estatura promedio que son buenas, existen otras que no lo son. Lo mismo ocurre con nosotros.
Algunas organizaciones utilizan otros términos en sus nombres, los cuales en ocasiones hacen referencia a un tipo específico de enanismo, lo cual, en mi opinión, no es lo suficientemente informativo para que las personas que desconocen sobre estas condiciones puedan aprender y entender. Por otro lado, algunos nombres incluyen términos médicos que no son fáciles de entender, mucho menos para las personas que no están relacionadas con la condición.
También encontramos grupos u organizaciones que utilizan adjetivos en sus nombres, los cuales son antónimos de lo que somos. Un ejemplo de esto puede ser el incluir la palabra gigante para describir una o varias personas con enanismo. Me parece que se pretende dar una impresión totalmente opuesta a la realidad. Otros tienen nombres tan largos, que sencillamente no son fáciles de recordar.
A continuación, me gustaría evaluar cada uno de los términos que se han propuesto por diferentes grupos para referirse a nuestra condición.
Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), encontramos las siguientes definiciones que nos ayudarán a entender mejor el mensaje que pretendo llevar.
Enanismo:
-Med. Trastorno del crecimiento, caracterizado por una talla muy inferior a la media
de los individuos de la misma edad y raza.
Enano:
-adj. Dicho de una persona: Que padece enanismo. U. t. c. s.
-adj. Dicho de una persona: De estatura muy baja. U. t. c. s. U. t. en sent. fig. U. m. en sent. despect.
De acuerdo con esta definición, los términos para referirse a nosotros son correctos. Pero a lo largo de la historia de la humanidad, estos términos han sido utilizados de manera ofensiva para muchos. Y es por esa razón, que muchas de las personas con enanismo buscan reemplazar estas palabras con otras que quizás a sus oídos no sean ofensivas.
Al buscar en RAE el termino bajo, encontramos el siguiente significado, entre otros:
–adj. De poca altura.
Y para el termino talla baja encontramos lo siguiente:
-f. Estatura o altura de las personas.
En conclusión, todos estos términos significan lo mismo. Por lo que no importa de la manera en que se diga, el significado siempre será el mismo. Y esto me lleva a preguntarme ¿qué pasará cuando en un futuro estos términos nuevos sean mal utilizados por las personas y eventualmente lleguen a ser ofensivos como ocurre ahora? ¿Buscaremos nuevos términos para volverlos a cambiar?
Al igual que el resto de las palabras, enanismo y enan@ no fueron establecidas con la intención de ofender o con alguna otra intención negativa. Los seres humanos han sido responsables de las connotaciones que a lo largo de los años se les da a las palabras. Les confieso que no soy fanática de la palabra enan@ pues a mis oídos suena fuerte. Sin embargo, la palabra enanismo la utilizo con naturalidad porque se refiere a la condición en sí y además porque es una palabra inclusiva, pues acarrea todos los tipos de enanismo y no uno solo.
Creo firmemente que una gran parte de la aceptación estriba en asimilar las palabras que nos definen. Y es algo con lo que yo, en lo personal también tengo que trabajar. No digo que será fácil, pero tampoco lo veo imposible. No debemos pretender disfrazar la realidad utilizando palabras que no representan lo que somos y como somos para identificarnos a nosotros o nuestras organizaciones. ¿Por qué tenemos que hacer cambios en nuestro vocabulario para contrarrestar la maldad de algunos? El esfuerzo de todos nosotros, los que tenemos algún tipo de enanismo, debe concentrarse en educar. En la medida que continuemos alzando nuestra voz para lograr la inclusión y el respeto que merecemos, también estaremos educando en la correcta utilización de los términos.
¿De qué sirve que cambiemos los términos si el trato que recibamos seguirá siendo uno sin respeto?