Me imagino que en algún momento ustedes han visto algún espectáculo en el que la figura de una persona de pequeña estatura se utiliza para hacer comedia o sátiras.  Esto ha sido así por años y continúa sucediendo sin que yo entienda, por qué.

Pues les cuento que hace varios años atrás tuve una situación muy desagradable en la que fui insultada por defender lo que yo creo firmemente que está completamente mal.

En un canal de televisión que pertenece al gobierno de mi país, se transmitía un programa de variedades y en un episodio hicieron una parodia en el que dos actores simulaban ser de pequeña estatura.  Su interpretación la hicieron arrodillados y escondiendo las piernas daba la impresión de ser “enanitos”.  Lo que menos entendí fue que no había ninguna relación entre el dialogo con la representación que se hizo.

Inmediatamente se preparó un comunicado de prensa a nombre de la comunidad de gente pequeña, la cual presidía en ese momento, y en el que se expresaba la indignación que sentíamos al ver que se utilizaba una condición médica para hacer reír.  Además aprovechamos el documento para educar sobre la condición, retos y logros.  Como resultado, recibí una llamada telefónica de un programa de otro canal solicitando ser entrevistada sobre el tema y acepté con el propósito de educar un poco más sobre el particular.  En la entrevista que se realizó en vivo vía telefónica, me sentí muy satisfecha con el trato y la manera en que tocamos el tema, pero luego de terminar mi participación, tenían también en línea telefónica a la Productora del programa en donde hicieron la sátira.  Ella defendió lo que a su entender no era nada ofensivo y que había sido solo una expresión artística.

Ese mismo día en la tarde, en un programa de farándula entrevistaron en vivo a la famosa Productora sobre nuestro comunicado de prensa.  En esta entrevista ella se mantuvo defendiendo su punto no aceptando el que estuviera mal lo que hicieron.  Al final de la entrevista ella hizo un comentario, a mi parecer muy desacertado.  Dijo que: “yo parecía un perro al que en el pasado habían maltratado y ahora estaba muy susceptible”.

Jamás en mi vida nadie me había dicho algo así, hasta ese momento nadie me había maltratado.  Ante tan gran falta de respeto sentí muchos sentimientos negativos.  Hubiese querido poder contestarle tantas cosas… Lo que mas me dolió fue que dijera eso de mi sin conocerme.

Cuando la gerencia del canal donde esta Productora trabajaba se enteró de lo sucedido, me llamaron para disculparse y me dieron una entrevista en su noticiero para hablar sobre la organización que representaba.  En la entrevista no se menciono el incidente y a mi entender fue lo mejor, ya que en muchas ocasiones lo mejor es no entrar en controversias y como dice el refrán, “La mejor palabra es la que no se dice”.

Para muchas de las personas que somos de pequeña estatura nos resulta de mal gusto el que se hagan este tipo de parodias, ya que lo consideramos una falta de respeto. También nos preocupa el hecho de que no todas las personas con la condición enfrentan nuestra realidad de forma positiva.  Lamentablemente estas situaciones pueden afectar psicológicamente a una persona que no se acepte a si misma como es y esto pueda tener un efecto devastador.  No hay razón por la que una condición medica deba ser motivo de risa.  Todo ser humano merece respeto y debemos resaltar las cosas positivas en lugar de ofender.