Siempre he vivido una vida feliz y mi niñez fue una muy bonita y alegre. Tanto mi familia materna como la paterna eran alegres, aunque de manera diferente. En la familia de mami son más tímidos, pero les gustaba que nos reuniéramos para celebrar los días festivos y organizaban muchas salidas para visitar lugares de interés en la isla. Por el lado de papi son extrovertidos, todo es algarabía, relajo, chistes y música. Varios de mis primos son pleneros. Así, que cuando nos reunimos la música de bomba y plena no pueden faltar.
Esa alegría de mi familia la llevo en la sangre y eso me ayudó a ver la vida de manera muchas veces jocosa. Por eso soy la primera que me rio de muchas de las situaciones que me ocurren debido a mi estatura.
Por ejemplo, un día estaba de viaje y no me sentía bien, así que decidí quedarme sentada en una plaza mientras mis amigas tomaban una excursión del área. Al cabo de un rato decidí caminar un poco para calentar el cuerpo. Mientras camino disfrutando del paisaje observo a un joven que se sale del grupo donde estaba que parecía una excursión de estudiantes y camina hacia mí. El chico muy educado me dice: “Permiso, estás sola, ¿dónde están tus padres?” Jaja, pensó que yo era una niña perdida y rápidamente, no fuera a ser que me agarrara para llevarme a buscar a mis padres, le contesté que yo era una persona adulta. Su cara valía un millón cuando se dio cuenta de su error. Yo, por si acaso era una broma, seguí caminando sin volver a mirarlo y riéndome.
Se imaginan ustedes ir al cine y escoger el mejor asiento para ver la película y que de repente llegue esta mujer con el pelo estilo afro y se siente justamente frente a ti!!! Es terrible, pero no hay más remedio que reírse y buscar otro asiento.
En una ocasión estaban montando el árbol de Navidad en mi trabajo. Yo pasé por el área cuando ya les faltaba poco con la decoración y les dije: “Cuando vayan a poner el adorno en la copa del árbol me avisan para ayudarlas”. Ya se imaginarán como todos se rieron de mi comentario.
El hecho de que yo tenga un buen sentido del humor no quiere decir que todo va a ser gracioso y que voy a permitir que se burlen o me falten el respeto. Dependiendo de quién, cuándo, cómo y por qué alguien haga una broma sobre mi condición será mi reacción. Por eso cuando hace poco fui a un supermercado y le pedí ayuda a un empleado para que me alcanzara un artículo, me dio mucho coraje cuando estiró su brazo para cogerlo y me dijo: “Yo tampoco alcanzo”. Me pareció que lejos de ser una broma de mal gusto, fue una falta de respeto. Esa persona no me conoce para haberse tomado la atribución de hacer un comentario como ese. Por el contrario, debió demostrar empatía y ayudarme.
Existen muchos chistes sobre personas con enanismo y dependiendo el contenido del chiste yo me rio y hasta repito el chiste, porque después de todo, se hacen chistes de todo el mundo sin importar como sea la persona. Pero para mi es importante el que no se ofenda o se burle de la situación. Hay que reconocer que en ocasiones es una línea muy fina y pasamos de lo gracioso a la ofensa. Por eso debemos de ser comedidos y evaluar si nuestro comentario puede hacer sentir mal o incómodo a otros.
Los dejo con esta frase que leí en una ocasión y que me encantó:
Ríete conmigo y no de mí
Te estaba extrañando…Feliz Año Nuevo!
Estoy muy de acuerdo contigo, todo a su medida y con respeto.
Cariños
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Gracias por seguirme. Feliz año para ti también!
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